¿Qué aporta el modelo porcino a la investigación biomédica?

por Creba
La experimentación animal es una actividad fundamental en la investigación biomédica, ya que gracias a la utilización de diferentes animales en espacios controlados, se han podido lograr grandes avances en la Medicina que habrían sido imposibles por otros medios. Actualmente, encontramos un gran número de animales vertebrados de diferentes especies utilizados en fines científicos, dentro del cual encontramos el modelo porcino, utilizado en el Centro de Recerca Experimental Biomèdica Aplicada (CREBA).
El cerdo tiene una gran similitud fisiológica y anatómica con el ser humano, y esto conlleva muchas ventajas para la investigación biomédica. Los roedores son las especies más utilizadas en este ámbito; sin embargo, en algunas líneas de investigación se ha agotado la información que se puede extraer de ellos, y los modelos porcinos, por ser animales más parecidos, son una alternativa valiosa para poder continuar profundizando.
Veamos algunas de estas similitudes:
- La vascularización coronaria del cerdo es casi idéntica a la humana, y por ello este animal resulta muy útil como modelo cardiovascular. La circulación colateral preexistente es muy pequeña y es -relativamente- sencillo inducir infartos experimentalmente. Además, el crecimiento del corazón y de los vasos sanguíneos desde el nacimiento hasta los 4 meses, es análogo al de los humanos hasta la mitad de la adolescencia.
- La piel porcina tiene una estructura similar a la humana; tiene una relación epidermis-dermis, grosor y una cantidad de pelo similar a la del humano. La vascularización cutánea también es similar, aunque menor. Todo ello hace que la piel del cerdo sea un buen modelo de mecanismos inmunopatológicos e intervención farmacológica en quemaduras, cicatrización y otros trastornos de la piel.
Así, el cerdo se utiliza en muchas y muy diversas áreas de investigación, como trasplantes, cirugía -para el estudio de nuevas técnicas-, enfermedades cardiovasculares, dermatológicas, degenerativas, infecciosas o tumorales. También se utilizan para de validación de nuevos dispositivos médicos.
Por otra parte, el uso de estos animales resulta también esencial en la formación de médicos especialistas de áreas quirúrgicas (cirugía general, traumatología, urología, etc.), ya que se ha comprobado que reduce significativamente las curvas de aprendizaje de estos profesionales y, por tanto, aumenta la calidad de la asistencia sanitaria.
Resumiendo, el modelo porcino aporta diversos usos en la investigación biomédica:
- Lograr un progreso del conocimiento científico.
- Poner en práctica los conocimientos adquiridos.
- Desarrollar y testar potenciales formas de tratamiento.
- Modelos para el estudio de una enfermedad.
Antes de realizar un proyecto de investigación en el CREBA, es necesario que el grupo investigador redacte una detallada memoria de la actividad a realizar con los animales. Esta memoria será evaluada el Comité de Ética de Experimentación Animal del CREBA, que es el de dar cumplimiento a la normativa vigente relativa a la protección de los animales utilizados con fines científicos. De hecho, el Real Decreto 53/2013 de 01 de febrero de 2013, establece en su capítulo VI, artículo 37, la creación de estos órganos encargados de supervisar la adecuación de los estudios a parámetros éticos. En concreto, corresponde al Comité las siguientes funciones[1]:
- Emitir los informes solicitados por personal investigador e instituciones sobre proyectos o trabajos de investigación que impliquen la utilización de animales en experimentación y otros fines científicos, incluyendo la docencia. Para ello, se evaluará la calificación del investigador principal y la del equipo investigador, y se verificará que el proyecto cumple los requisitos siguientes:
- Está justificado desde el punto de vista científico o educativo, o debe realizarse por imposición legal o reglamentaria
- Su finalidad justifica la utilización de animales.
- Está diseñado de forma que los procedimientos se realicen de la forma más humanitaria y respetuosa posible.
- Velar por el desarrollo ético de los proyectos de investigación una vez aprobados hasta su finalización.
- Velar por el cumplimiento de buenas prácticas de investigación y gestionar los conflictos y expedientes que su incumplimiento genere.
- Evaluar e informar de conflictos éticos que pudieran generar otros documentos como publicaciones científicas, consultas de los investigadores, o actividades de docencia.
- Elaborar documentos o informes sobre los temas que sean de su competencia.
- Coordinar su actividad con la de comités similares de otras instituciones.
- Cualquier otras funciones que le atribuya la legislación vigente.
[1] https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/ComitesEtica/CEIyBA/Paginas/Funciones.aspx
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